Las estadísticas
laborales ponen de manifiesto que los trabajadores mayores de 55 años se
accidentan menos, pero la gravedad de los accidentes es mayor. Así, según los
últimos datos disponibles del año 2012, la siniestralidad laboral de los trabajadores
mayores de 55 años representa un 11,3% de siniestralidad laboral total referida
a accidentes no mortales. La tasa de incidencia de los accidentes de trabajo en
jornada laboral con baja (excluidos los accidentes producidos al ir o volver al
centro de trabajo) sufridos por los asalariados mayores de 55 años, en 2012, es
de 2692,8, menor que la tasa del conjunto de los asalariados (2865,4). Sin embargo,
la tasa de incidencia de accidentes de trabajo mortales entre trabajadores
mayores de 55 años es de 7,2 accidentes mortales por 100.000 asalariados, es
decir, más del doble de la mortalidad para el total de los asalariados (cuya
tasa de incidencia de accidentes mortales es de 3,2).
Los accidentes por
patologías no traumáticas (PNT) tienen gran incidencia en la mortalidad laboral
sufrida por los trabajadores mayores. Según el “Informe anual de accidentes detrabajo en España 2012” el índice de incidencia de los accidentes de trabajo mortales en jornada de
trabajo para los mayores de 50 años es de 5,7. Excluyendo las PNT, el índice se
reduce a 2,4, lo que significa que, en 2012, las PNT suponen la mitad de los
accidentes de trabajo mortales para los asalariados mayores de 50 años.
Según el estudio del INSHT
“Análisis del mercado laboral, las condiciones de trabajo y la siniestralidad:
una perspectiva según la edad”, la principal forma de los accidentes mortales
sufridos por los trabajadores mayores de 55 años en 2011 son los derrames
cerebrales, los infartos y otras patologías no traumáticas (59,2%, habiéndose
observado un incremento notable de éstas desde 2007), los accidentes de tráfico
(12,5%) y los choques o golpes contra un objeto en movimiento (12,5%).
Por otro lado, los
trabajadores de más edad presentan una mayor predisposición a sufrir problemas
de salud entre los que destacan las enfermedades crónicas. Si bien la
incidencia de incapacidades temporales no es más frecuente con la edad, sí lo
es la duración de tales procesos, posiblemente como consecuencia del peor estado
de salud. En este sentido la Encuesta Nacional de Salud 2010/2011 pone de
manifiesto que con la edad aumenta la prevalencia de enfermedades crónicas.
Estas enfermedades tienen
un impacto sustancial en el mercado de trabajo y en la vida laboral. Las bajas
de larga duración pueden conducir a problemas de salud mental, de aislamiento,
de exclusión social y de abandono prematuro del mercado de trabajo. Por ello
desde Europa se aboga por estrategias que promuevan la conservación del empleo
eficaz y faciliten el retorno al trabajo.
Fuente: Seguridad y salud en el trabajo