La Enfermedad del
virus del Ebola (EVE) es una enfermedad
grave en los humanos, pudiendo llegar a ser mortal si no es atendida y tratada
adecuadamente. La aparición súbita de fiebre, debilidad intensa, jaqueca,
dolores musculares y de garganta son signos y síntomas típicos. Estos son
seguidos por vómito, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática
y, en algunos casos, hemorragias internas y externas. El período de incubación oscila
entre 2 y 21 días. Los pacientes son contagiosos desde el momento en que
comienzan a manifestar síntomas; no durante el período de incubación. La
infección por el virus del Ebola sólo puede ser confirmada mediante pruebas de
laboratorio.
Cómo se transmite
El virus es transmitido al ser humano por animales salvajes, muertos o vivos, y se propaga en las poblaciones humanas por transmisión de persona a persona.
Las personas se
contagian por contacto directo (a través de la piel lesionada o de las mucosas
como los labios, las fosas nasales, la boca, los ojos o los genitales) con la
sangre, las secreciones u otros líquidos corporales de personas infectadas, de
personas que fallecieron por la enfermedad o de animales infectados. La
infección también puede producirse por el contacto indirecto de la piel
lesionada o las mucosas con materiales u objetos contaminados (por ejemplo
guantes, mascarilla, gafas usados, u otros residuos médicos, prendas de vestir
o ropa de cama sucias, agujas e instrumental médico usados) por la sangre, las
secreciones u otros líquidos corporales de personas o cadáveres infectados. Los
hombres pueden seguir transmitiendo el virus a su pareja a través del semen
hasta siete semanas después de la recuperación clínica.
La enfermedad se puede
transmitir durante los funerales y las ceremonias de entierro que implican un
contacto directo con el cuerpo y líquidos corporales de una persona que ha
fallecido por EVE.
La transmisión de
animales al ser humano a través del contacto con animales infectados por el
virus del Ebola es importante al comienzo del brote epidémico. Puede ocurrir
durante la cacería, el comercio de la carne de animales salvajes, o durante
actividades relacionadas con la fauna salvaje o el trabajo forestal.
El riesgo de que una
persona en viaje de negocios se infecte con el virus del Ébola durante una
visita a las zonas afectadas y contraiga la enfermedad a su regreso es muy bajo.
La transmisión requiere contacto directo con la sangre, las secreciones u otros
líquidos corporales de personas o animales infectados, vivos o muertos; lo cual
es muy improbable en el caso de un viajero típico.
Riesgos profesionales para la salud y la
seguridad
El personal sanitario
está expuesto al riesgo de infección cuando al tratar a pacientes con la EVE no
utiliza el equipo de protección personal (EPP) adecuado y no aplica
estrictamente las medidas recomendadas para prevenir la infección.
Los trabajadores
dedicados a la atención médica y la respuesta a la epidemia de la EVE están
expuestos a otros riesgos como estrés psicológico, estigma, violencia, largas
jornadas laborales, calor y deshidratación debido al uso de un EPP pesado, y
problemas ergonómicos causados por la manipulación de los cuerpos y de pesos.
Esto requiere de medidas específicas para ofrecer apoyo psicosocial, seguridad
y organización del trabajo.
Las personas que
presentan síntomas de la EVE deben recibir tratamiento en un hospital o centro
terapéutico que disponga de personal médico y de enfermería cualificado y que
esté equipado para este fin. La atención en otras estructuras o a domicilio
representa un riesgo elevado de infección por el virus del Ebola para los
miembros de la familia, las personas que dispensan cuidados a domicilio, los
curanderos tradicionales, y las parteras que tienen contacto con la persona
enferma o con su ambiente.
Prevenir la EVE en el lugar de trabajo
El personal sanitario
de todos los niveles del sistema sanitario – hospitales, clínicas,
laboratorios, dispensarios, lavanderías, transporte – debería recibir
información sobre la naturaleza de la enfermedad y su transmisión, y observar
rigurosamente las precauciones recomendadas para controlar la infección.
Todo el personal que
tiene contacto con casos presuntos o confirmados de EVE o con materiales o
muestras contaminadas debe usar un EPP especial para el trabajo con sustancias
biológicas potencialmente peligrosas, y aplicar las medidas de higiene en
conformidad con las recomendaciones de la OMS.
Dado que otras
enfermedades infecciosas pueden presentar síntomas similares a la EVE, es
importante adoptar las medidas de precaución generales en todos los centros
sanitarios, como la prevención de pinchazos con agujas y lesiones con otros
instrumentos cortopunzantes, la seguridad de las flebotomías, la higiene de las
manos, el uso racional del EPP, la limpieza periódica y rigurosa del entorno de
los enfermos, la descontaminación de las superficies y del equipo, y el
tratamiento de la ropa de cama sucia y de los desechos médicos.
Todos los trabajadores
con síntomas de EVE deben buscar inmediatamente atención médica. La OMS
desaconseja a las familias y a las comunidades que atiendan en el domicilio a
personas que puedan presentar síntomas de EVE.
En las zonas donde se
ha detectado el virus del Ebola en animales, los trabajadores que manipulan
animales deben utilizar guantes, ropa y otro EPP.
Las personas en viaje
de negocios de regreso de las zonas afectadas que no aplicaron las medidas
necesarias para prevenir la infección deben estar alerta si presentan síntomas
(como fiebre, debilidad, dolores musculares, jaqueca, dolor de garganta,
vómito, diarrea, erupciones cutáneas o hemorragias) durante los 21 días después
de su regreso. Si existe la sospecha de haber estado expuesto al virus del
Ebola (por ejemplo, los voluntarios que trabajaron en centros sanitarios),
deberán solicitar rápidamente atención médica y notificar su viaje reciente a
una zona afectada.