El potencial de accidentes industriales mayores, que se ha incrementado de forma significativa con el aumento de la producción, almacenamiento y utilización de sustancias peligrosas, ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con un enfoque sistemático y claramente definido para el control de tales sustancias, a fin de proteger a los trabajadores, la población y el medio ambiente.
La firma Dekra, consultora especialista en certificación y seguridad de procesos industriales, proporciona un decálogo de buenas prácticas que servirán para poner sobre aviso a cualquier planta que quiera prevenir un suceso de estas características.
Instalaciones bien diseñadas
La instalación más segura es la que está mejor diseñada. Es conveniente minimizar los stocks; sustituir una materia peligrosa por otra más segura, seguir la regla de que el proceso más seguro es el menos complejo, o bien seleccionar la mejor técnica disponible de acuerdo a la eficiencia energética y al impacto medioambiental.
Conocer de las propiedades de las materias manejadas
La minimización de riesgos tiene mucho que ver con el conocimiento de las propiedades de las materias que se manejan en los procesos industriales, partiendo de la base de que cualquier sustancia puede ser peligrosa en función de las condiciones en las que se encuentre.
Información
Cuanta más información se tenga de un procedimiento, de su control y de sus principales riesgos, mejor se podrá abordar un análisis de riesgos. El conocimiento de casos prácticos de éxito similares siempre ayuda.
Evaluación de riesgos
La evaluación de riesgos es imprescindible para garantizar la seguridad e identificar el nivel de peligro. Si es considerable, se hace necesario plantear las medidas para mitigarla y limitar sus posibles consecuencias.
Buena documentación de ingeniería
La falta o poca calidad de la documentación de ingeniería es uno de los aspectos más negativos a la hora de evaluar posibles riesgos. De ahí, la necesidad de tener todo bien detallado en los “papeles” y también de transmitirlo correctamente a los empleados.
Sistema de Gestión de la Seguridad
Uno de los principales objetivos que se persigue con un Sistema de Gestión de Seguridad es prevenir o reducir los accidentes causados por factores de gestión interna, o lo que es lo mismo, lo que tenga que ver con las instalaciones y el personal. Debe incluir: organización y plantilla, control de la explotación, gestión de cambios, planificación ante situaciones de emergencia, seguimiento de los objetivos y auditoría y revisión.
Cumplimiento de la Ley
La actuación ante accidentes graves está regulada por el Real Decreto 1254/99. Esta ley, pensada para situaciones de riesgo en los que intervengan sustancias peligrosas, persigue un doble objetivo: la prevención y, cuando ocurren, la limitación de sus consecuencias para el hombre y el medio ambiente.
Una política para asegurar la calidad del proceso
Toda planta dedicada a los procesos industriales debe contar con su correspondiente política de calidad. Aquí se debe atender con detalle a aspectos como su inspección y certificación, control de cambios de procedimientos para evitar errores, actualización de documentación, trazabilidad de todos los procedimientos y tareas o el control y vigilancia de subcontratas.
Una plantilla concienciada de los riesgos
El equipo humano es el valor fundamental de una fábrica y su concienciación es esencial para que realmente se reduzcan riesgos y se mejore la cultura de la seguridad. No sólo basta con tener un protocolo teórico y ponerlo en práctica, sino que hay que transmitir los resultados a toda la estructura de la compañía, empezando por la propia gerencia.
Sentido común
La eficacia de cualquier proceso pasa por aplicar el sentido común, debiendo anteponer siempre la seguridad en todas las actividades que se realicen en la planta.