Los riesgos psicosociales son el segundo problema de salud más frecuentemente denunciado en Europa, después de los trastornos musculoesqueléticos. Ante este dato la Fundación Laboral del Cemento y del Medio Ambiente (CEMA) ha abordado un exhaustivo estudio sobre las condiciones psicosociales de los trabajadores del sector cementero español con el objetivo de localizar las fuentes de riesgo psicosocial en este sector industria y a continuación, diseñar y proponer medidas preventivas específicas por medio de los productos finales elaborados.
El trabajo se ha desarrollado según el método FPSICO 3.0 del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), en base a más de 1.100 encuestas realizadas a trabajadores de producción, administración y mandos del sector cementero español. Entre los factores de riesgo estudiados se encuentran el tiempo de trabajo la variedad y contenido, el interés por el trabajador y la compensación, la carga de trabajo, la autonomía, las demandas psicológicas, la participación y la supervisión, el desempeño del rol así como las relaciones y apoyo social.
El resultado final ha sido el “Estudio de los factores psicosociales en el sector cementero. Propuestas para la mejora de las condiciones de trabajo” recientemente publicado, y del que se desprende que la mayoría de los trabajadores de la industria cementera se encuentran satisfechos y consideran adecuados los aspectos psicosociales relacionados con el desempeño de su trabajo, tales como tiempo de dedicación, rol desempeñado en la empresa, autonomía, demandas psicológicas o apoyo social.
De los nueve factores de riesgo analizados, Siete de ellos son considerados adecuados por un porcentaje mayoritario de los encuestados, cercano incluso al 100 % en algunos casos. Así, las demandas psicológicas, que se refieren a la naturaleza de las distintas exigencias a las que se ha de hacer frente en el trabajo, son consideradas adecuadas por un 82 % de los encuestados, aunque este porcentaje se reduce a un 64 % en el caso de los mandos que en un 22 % consideran su situación como de riesgo elevado o muy elevado. En este sentido, el estudio propone que se establezcan mecanismos o aplicaciones que faciliten al mando tomar decisiones sobre el ritmo, la cantidad de trabajo, el método o el momento de realizar las pausas.
También han aprobado con nota otros factores como la variedad y el contenido del trabajo, que comprende la sensación de que el trabajo tiene un significado y utilidad en sí mismo, con un 71 %; así como así como la autonomía (70 %) las relaciones y el apoyo social (67 %), y el tiempo de trabajo y el interés por el trabajador/compensación (promoción, formación, desarrollo de carrera, seguridad…), que rondan el 60 % en ambos casos. El desempeño del rol ha sido considerado adecuado por casi un 50 % de los trabajadores, una cifra dentro de los niveles medios, aunque llama la atención que más de un 25 % de los cargos contemplan este factor como de muy alto riesgo. En este sentido, el estudio recomienda procurar que las instrucciones lleguen a los trabajadores y se compruebe que son “entendidas, clarificadoras y útiles”.
En el extremo opuesto, únicamente el factor de participación / supervisión fue considerado en niveles de riesgo muy elevado por la mayoría (61 %), mientras que solo lo considera adecuado un 17 % de los encuestados. Mientras que la supervisión ha sido considerada adecuada por más de un 65 % de los trabajadores, la participación se ha convertido en el apartado en el que concentrar los esfuerzos para la mejora de este indicador, sobre todo entre los trabajadores de las áreas de producción y de administración. En ese sentido, el estudio propone analizar los medios existentes en cada organización para canalizar la participación (buzones, paneles, reuniones periódicas, etc.) y valorar qué aspectos podrían mejorarse o si sería preciso crear nuevos canales.
La carga de trabajo es el factor restante en el que la consideración de “adecuado” ha estado por debajo del 50 %, aunque muy levemente, con un 43 %. Cabe destacar, no obstante, que el 50 % de los mandos lo considera un factor de riesgo muy elevado, por lo que el estudio recomienda, entre otras variables, la formación en nuevas tecnologías que permitan resolver algunas de las tareas con mayor facilidad.