En una situación de tensión
y de enojo el cuerpo manifiesta una serie de reacciones como son el aumento de
la presión sanguínea lo que con el tiempo puede provocar el deterioro de las
arterias.; la elevación del pulso cardiaco, lo que genera taquicardias; una mayor
producción de sustancias químicas como la adrenalina, lo que altera el
equilibrio natural del cuerpo.; el desequilibrio del sistema inmunológico; contracturas, dolores musculares y jaquecas; aceleración
de la respiración, lo que a su vez provoca que el corazón bombee sangre con más
intensidad; posible aparición de enfermedades como la gastritis, colitis o
dermatitis.
El enojo es una reacción normal y defensiva del ser humano, que no permite
ver con claridad la realidad del problema, lo que impide que se pueda
solucionar. Sin embargo, hay ciertas técnicas que pueden ayudar a controlar de
mejor forma las emociones y a enfrentar los momentos difíciles con más calma.
Desde la Asocición Chilena de Seguridad nos proponen una serie de consejos para controlar la ira y
el enojo y por lo tanto proteger tu salud:
- Tómate un tiempo para pensar lo que vas a decir. Si estás en una situación tensa, busca las palabras adecuadas para no generar un conflicto mayor y no actúes en forma instintiva. Si lo necesitas, retírate del lugar del problema, tómate un tiempo, respira profundo, recupera la tranquilidad y vuelve a enfrentar la situación.
- Sé empático y no juzgues antes de tiempo. No te dejes llevar por la ira anticipadamente.
- Recurre al humor para disminuir la tensión. Antes de gritar a otros, aprende a reírte de las situaciones complejas sin ironía ni sarcasmo. Con respeto, puedes ayudar a distender un ambiente de conflicto y así evitar caer en el enojo.
- Lleva un registro mental de lo que te enoja. Parte del autoconocimiento es tener claridad sobre las situaciones que provocan enojo o mucha ira. Si tienes claridad sobre esto, sabrás cómo reaccionar de mejor forma al enfrentar una situación similar a futuro.
- Atrévete a probar terapias o técnicas de relajación. Respirar consciente y profundamente permite que relajes los músculos y te sientas más calmado. También es útil repetir frases positivas que ayuden a cambiar la actitud frente al problema. Practica deportes como el yoga o aprende técnicas de meditación que ayuden al equilibrio mental y entreguen herramientas para enfrentar de mejor forma las situaciones de estrés.
- Practica un deporte regularmente. Trota, anda en bicicleta o al menos, da una pequeña caminata diariamente. Esto ayuda a liberar las tensiones y a tener una actitud más positiva. Los momentos de mucho enojo pueden aprovecharse positivamente recurriendo al deporte. Algunas personas cuando están enojadas salen a practicar ejercicios para sentirse mejor. La liberación de endorfinas y la distracción de la actividad, permitirá visualizar todo con mayor claridad y desde otra perspectiva.
- Perdona y no guardes rencores. Si vives una situación difícil con una persona en particular, intenta resolverlo y no guardar rencores que puedan aflorar en el futuro. Aprende a dimensionar los problemas y no darles mayor valor del que merecen. Reconocer y aceptar que no todos piensan y actúan igual, es una forma efectiva de evitar ataques de enojo.