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6/2/14

Obesidad y trabajo



En las últimas décadas la obesidad ha crecido tanto como para convertirse en una epidemia a nivel mundial. Debido al crecimiento de la obesidad, paralelamente ha habido un crecimiento de estas enfermedades asociadas, lo que produce en la actualidad un aumento en la incapacidad temporal de los trabajadores que la padecen. La obesidad está asociada a un mayor riesgo de padecer enfermedades severas y crónicas como la hipertensión arterial, diabetes Mellitus tipo II, hipercolesterolemia, enfermedad coronaria, accidente cerebro vascular, asma y artritis entre otras.


De tal magnitud es el problema que la Universidad de Pittsburgh de Pennsylvania y la Universidad de Illinois de Chicago, llevaron a cabo un estudio donde se evaluó la relación entre el Índice de Masa Corporal (IMC= peso/talla 2) y la discapacidad laboral a corto plazo (causa de ausentismo laboral) secundario a enfermedades o problemas relacionados a la obesidad. En este estudio se observó que los individuos con sobrepeso u obesidad eran más propensos a presentar eventos de discapacidad laboral a corto plazo comparado con los trabajadores con peso normal.

Es decir, los eventos de discapacidad laboral a corto plazo aumentaban a medida que aumentaba el IMC de los trabajadores. Lo que se traducía en un mayor número de ausentismo secundario a enfermedades relacionadas con su obesidad. Las enfermedades musculoesqueléticas como osteoartritis o dolor lumbar  fueron las más frecuentes, es sabido que éstas se relacionan con la obesidad debido al impacto del sobrepeso sobre los huesos y articulaciones. Un informe reciente del think tank británico The Overseas Development Institute (ODI) describe la explosión de la obesidad a nivel mundial, un problema que aumenta a un ritmo infernal en los países en desarrollo. Desde los años ochenta, el número de personas gordas o con sobrepeso en los países en vías de desarrollo se ha multiplicado por cuatro, mientras que en los países ricos solamente se ha duplicado. Ahora mismo una de cada tres personas en el mundo tiene sobrepeso, lo que significa que supera el límite de 25 en el índice de masa corporal, o es gorda por sobrepasar el nivel de 30.

El 58% de los europeos se encuentra en esta situación (63% en España), sanitariamente alarmante por ser causa mayor de enfermedades graves, como la diabetes, cáncer o hipertensión, entre otras. Parecido nivel se encuentra en América Latina, Norte de África y Oriente Medio, mientras que Estados Unidos bate todos los récords con el 70% de la población afectada. El estudio destaca que en México y China esta lacra casi se ha duplicado desde los años ochenta.

Los últimos datos de la OCDE, correspondientes a 2012, marcan unos niveles de obesidad para España superiores a la media de la OCDE, siendo los de los niños de los más altos. Dos de cada tres adultos tienen sobrepeso y uno de cada seis es obeso. La proporción en sobrepeso se ha mantenido estable desde que comenzó el siglo, aunque ha aumentado un poco en la ratio de obesidad.

Los datos correspondientes a España en sobrealimentación en el estudio de la ODI señalan que en proteínas, frente a unas necesidades de 50 gramos diarios, y una media ya muy alta de 79 gramos en el conjunto de la muestra de 176 países, los españoles ocupan el lugar 17 entre los europeos, acercándose a los 100 gramos. En materia de grasas, solamente nos superan en exceso Estados Unidos y Francia, y más que duplicamos el nivel medio recomendado, siendo este nuestro peor resultado. En consumo de azúcares tenemos el mejor resultado, aunque superando en un 40% el nivel recomendado. Los estadounidenses consumen más del triple diariamente que nosotros. Un resultado sorprendente de la dieta española es que somos uno de los diez países que consumimos menos carne, pescado y huevos, respecto a lo que nos correspondería por riqueza