Tendemos a un modelo de mercado que
necesita, ahora más que nunca, que las empresas cuiden la salud y el bienestar
de sus trabajadores si quieren basar su capacidad de competir en su
flexibilidad y eficiencia ante los cambios del entorno. Y este enfoque debe ser
asumido desde la concepción misma de los productos y los procesos productivos
que desarrollan, ofreciendo una visión integrada de la prevención y, particularmente,
de la ergonomía, desde todos los estamentos de la empresa.
La voluntad que emerge del seno de la Unión
Europea –abanderada por la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo–
es la de dar impulso a la disciplina preventiva para que contribuya a lograr un
salto cualitativo en el mejora de la competitividad del entramado
empresarial en el viejo continente, haciendo especial hincapié en la promoción
de la salud de los trabajadores (incremento del capital salud). Esta visión
suscita el interés por, entre otras vías, la mejora de la productividad a
través de la implementación de actuaciones preventivas.
En este contexto, la Asociación
para el Cuidado de la Calidad de Vida acaba de elaborar el informe “Actuaciones preventivas y productividad, una aproximación desde el ámbito científico y profesional” que auna la visión científico-técnica y la perspectiva de los profesionales en
torno a la relación causal entre las actuaciones preventivas y la productividad
empresarial.
El alcance pretendido por el estudio es ofrecer un análisis preliminar a la
interrelación entre estas dos variables, aportando datos cuantitativos básicos
a fin de esclarecer la certeza y valor de la conexión entre ambas. Sin ánimo de
avanzar hasta un meticuloso trabajo científico/académico, se trata
esencialmente de mostrar una instantánea de la realidad actual acerca de la
utilidad e impacto de las iniciativas preventivas en el rendimiento de las
empresas.
En este informe se destaca que la Ergonomía
y Psicosociología es considerada la especialidad preventiva con más
potencial para mejorar la productividad, si bien hasta la actualidad no ha
logrado el impacto en el rendimiento empresarial que se le reconoce.
Se observa una falta de confianza, por
parte de las entidades de Prevención, en la comunicación del valor añadido de
la ergonomía para la mejora de la productividad. Este hecho puede estar
relacionado con la carencia de argumentos sólidos para defender esta capacidad,
limitación que el presente trabajo pretende mitigar.
Entre los profesionales que no advierten
la relación causa-efecto entre la prevención y las mejoras de productividad,
la mayoría de los mismos afirma que el motivo radica en que no ha habido
interés en probar y/o evaluar el efecto de las intervenciones preventivas en
la empresa.