Los
trastornos musculoesqueléticos (TME) vienen constituyendo desde hace varios
años el problema de salud relacionado con el trabajo que mayor incidencia
presenta en la Unión Europea. La forma más frecuente de producción de un
accidente de trabajo es como consecuencia de un sobreesfuerzo físico sobre el
sistema músculo-esquelético (SF).
En
la Comunidad Autónoma de Aragón este tipo de contingencia profesional
representó en el año 2010 el 38,4% del total de accidentes de trabajo con baja,
siendo equiparables estos datos al resto del territorio español. Si se observa
la otra contingencia profesional, la enfermedad profesional, en ese mismo año
el 88,5% de las notificadas fueron TME por posturas forzadas y movimientos
repetidos durante el trabajo.
Estos son algunos datos ofrecidos en el informe recientemente elaborado por
el Instituto Aragonés de Seguridad y Salud Laboral “Accidentes de Trabajo porSobreesfuerzo Físico. Particularidades frente al resto de accidentes detrabajo. Aragón 2006-2010”
Otros datos reseñables
señalados en en el citado informe son:
- Respecto a la variable de sexo, los sobreesfuerzos se presentan en mayor proporción en las mujeres.
- Respecto a la edad, el sexo no influye. Los sobreesfuerzos se presentan con mayor frecuencia en el intervalo de 40 a 50 años, con una menor proporción por debajo y por encima de ese intervalo de edad
- La relación entre sobreesfuerzos y el resto de accidentes de trabajo aumenta con el tamaño de la plantilla de la empresa y con el tiempo que lleva el trabajador accidentado en la misma
- La parte del cuerpo lesionada con mayor frecuencia es la espalda
- En cuanto a la gravedad, el 99,98% son leves
- Los lunes es el día de la semana que presenta mayor incidencia, especialmente en los varones y más acusado en los lunes después de “un puente”.
- En cuanto a la hora, la mayor frecuencia se produce a la segunda hora de trabajo.
Este
análisis de las peculiaridades que revelan los accidentes por sobreesfuerzo,
así como las diferencias significativas que presentan respecto al resto de
accidentes cuya forma de producción no fue un sobreesfuerzo físico, puede
llevarnos a reflexionar sobre la conveniencia de plantearnos contemplar este
tipo de contingencia de una manera particular y diferenciada del resto de los accidentes
de trabajo.
A
todo ello habría que añadir la particularidad de la naturaleza de las lesiones
músculo-esqueléticas que se producen, las dificultades para establecer el
momento de la lesión, ausencia de testigos, lesiones no objetivables por los
mismos, dificultad para establecer una relación causal con los factores de
riesgo de naturaleza ergonómica relacionados con el trabajo, así como la
existencia de factores predisponentes individuales y de origen extralaboral que
pueden contribuir a la aparición de este tipo de contingencia profesional.