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17/6/13

Pautas para una hidratación saludable en el lugar de trabajo


En personas que trabajan en ambientes cálidos con una actividad física intensa (construcción, pesca, minería, bomberos...) es fundamental una buena hidratación, ya que afecta a la  seguridad del trabajador, además de a su rendimiento y productividad. La actividad física y temperatura ambiental son factores determinantes de la cantidad de ingesta de líquidos necesarios, aunque existen otros como la humedad, el movimiento del aire, la carga solar y la ropa de protección.


Por ejemplo, en el trabajo industrial dos de los factores que pueden afectar a la hidratación del trabajador son: la ropa de protección encapsulada que puede elevar los índices de sudor en 2,25 L/hora y el equipamiento de protección como las máscaras que pueden dificultar la ingesta de líquidos. Los bomberos pueden llegar a perder 2,1 L/ persona/hora debido a las altas temperaturas y a su ropa de protección. Los mineros están sujetos a estrés térmico en largas jornadas laborales (12 horas) y presentan una importante pérdida de líquidos

La ingesta de líquidos durante el ejercicio puede disminuir la sensación subjetiva de fatiga y mejorar el rendimiento cuando el ejercicio dura más de 40 minutos. Por ello, es muy recomendable reponer la cantidad adecuada de líquidos durante toda la jornada con una pauta normalizada que forme parte de los protocolos laborales según el tipo y la intensidad del trabajo.


Es importante acudir al trabajo bien hidratado y rehidratarse cada hora durante la jornada laboral, dependiendo de la intensidad del trabajo y la temperatura ambiental. También son importantes los descansos que favorecen la ingesta de líquidos y el aporte de energía. Por ejemplo, en un trabajo de intensidad física media y ambiente poco caluroso se recomienda beber por lo menos un vaso de agua o líquido cada hora.


Las recomendaciones para una correcta hidratación incluyen:

  • Beber bastante durante las comidas y entre ellas.
  • Optar por el agua y otras bebidas como zumos de fruta, refrescos, leche, café o té.
  • Si preocupa el aporte calórico o el peso, beber agua y bebidas bajas en calorías, sin calorías o con cero calorías.
  • Comer habitualmente fruta, verdura, sopas y otros alimentos con alto contenido de agua.
  • No confiar únicamente en la sensación de sed para beber y tener una botella de agua o líquido a mano en el puesto de trabajo.
  • Mantener las bebidas a temperatura moderada, ya que favorece una mayor ingesta de líquidos.
  • Elegir las bebidas de acuerdo con el nivel de actividad física y estilo de vida (bebidas con sales minerales o electrolitos).
  • Aumentar la ingesta de líquidos en época de calor y antes, durante y después del ejercicio físico y deporte.
  • El equivalente a ocho/diez vasos de líquido al día es una buena referencia para un consumo saludable.