Cada día son más
los equipos táctiles que utilizamos en nuestros trabajos, pero como nos indican
desde Tecnología Pyme pero a pesar de las indudables ventajas que ofrece la ergonomía no se lleva bien con las pantallas táctiles en
el trabajo.
Un ejemplo es el trabajo de un tablet
mediante una funda para que lo ponga en posición de lectura y un teclado, por
ejemplo, trabajando a modo de portátil. Por lo general, esta configuración
dejará la altura de la pantalla muy por debajo de la línea visual, obligando a
forzar el cuello y si mantenemos esta postura durante un buen rato nuestras
cervicales acabarán por resentirse.
Otro ejemplo son las pantallas táctiles,
tanto de portátiles como de equipos todo en uno o simplemente pantallas con
soportes. Trabajar todo
el día con el brazo extendido para realizar los gestos que habitualmente hacemos con el ratón no
es lo que se dice lo más cómodo que podemos encontrar.