Verificar las condiciones meteorológicas de forma frecuente
e informar a los trabajadores.
Limitar las tareas pesadas que requieran un gasto energético elevado. Si es posible, Proporcionar ayudas mecánicas para la manipulación de cargas.
Proporcionar agua potable en las proximidades de los puestos de trabajo.
Habilitar zonas de sombra o locales con aire acondicionado para el descanso de los trabajadores.
Instalar ventiladores, equipos de climatización, persianas,
estores y toldos para disminuir la temperatura en caso de locales cerrados.
Limitar el tiempo o la intensidad de la exposición, haciendo rotaciones de tarea
siempre que haya sitios con menor exposición que lo permitan.
Planificar las tareas más pesadas en las horas de menos
calor, adaptando, si es necesario, los horarios de trabajo.
Considerar que es necesario un periodo de 7 a 15 días para que el trabajador se aclimate al calor.
Cuando se deja de trabajar en
condiciones calurosas durante periodos como las vacaciones o bajas laborales,
es necesario volver a aclimatarse al
incorporarse de nuevo al trabajo.
Aumentar la frecuencia de las pausas de recuperación.
Permitir al trabajador, en la medida de lo posible, adaptar su propio ritmo de trabajo.
Procurar vestir con ropas amplias, de tejido ligero y
colores claros. Proteger la cabeza con gorra o sombrero.
Evitar el trabajo individual, favoreciendo el trabajo en equipo
para facilitar la supervisión mutua de los trabajadores.
Informar a los trabajadores sobre los riesgos relacionados
con el calor, sus efectos y las medidas preventivas y de primeros auxilios que
hay que adoptar.
Fuente: Trabajar con calor