Nuestro cuerpo está configurado en un 60% por agua y basta
con que perdamos un 1,5% de ésta para que nuestro estado de ánimo, energía
y función cognitiva se vean afectadas. Es recomendable beber en torno a
dos litros de agua al día, pero hay una serie de factores que pueden disparar
la deshidratación.
1. Las medicinas. Numerosos
medicamentos actúan como diuréticos, y provocan la eliminación de agua a través
de la orina. Por ello es importante leer el prospecto con
atención siempre que nos receten una medicación nueva.
2.
El estrés. Cuando sufrimos estrés liberamos hormonas como la
adrelanina y el cortisol y, si éste no se controla, podemos
acabar teniendo un desorden hormonal. En concreto, la
adrenalina está asociada a la producción de aldosterona, otra hormona que
regula los niveles de líquidos y electrolitos del cuerpo. Si no hay suficiente
adrenalina para lidiar con nuestro nivel de estrés, baja también la producción
de aldosterona, lo que dispara la deshidratación.
3.
La práctica de ejercicio. Todos sabemos que realizar ejercicio
físico provoca deshidratación, pero no todos le damos la importancia que
tiene. La
hidratación antes, durante y después de hacer ejercicio es fundamental
para no tener problemas.
4. La altitud. Cuando
subimos una montaña, o viajamos a un lugar especialmente alto, nuestro
cuerpo se aclimata acelerando la respiración y aumentando nuestra producción de
orina. Ambos
procesos son necesarios para aclimatar nuestro cuerpo a los nuevos niveles de
oxígeno, y ambos provocan una mayor deshidratación.
5. La edad. A
medida que envejecemos muchas funciones de nuestro cuerpo dejan de funcionar
como debieran, también nuestra capacidad para conservar el agua y nuestra
habilidad para saber que nos estamos deshidratando. Las personas mayores no tienen tanta sed cuando
les falta agua y esta es una de las razones por las que los golpes de calor
son especialmente peligrosos para ellos.
6. Los suplementos dietéticos.
Antes de añadir cualquier suplemento a tu dieta consulta con un
médico, algunos de estos productos de herbolario pueden acabar siendo
contraproducentes si no sabes bien cuáles son sus efectos.
7. Las dietas bajas en
carbohidratos. Los hidratos de carbono se almacenan en el cuerpo junto al líquido, es por eso que, cuando eliminamos el
consumo de carbohidratos de nuestra dieta, bajamos algún kilo debido a la
pérdida de agua.
8. El alcohol. Al
beber aumentan nuestras visitas al baño, y con ellas nuestra deshidratación. Esto ocurre
principalmente porque el alcohol inhibe una hormona antidiurética que en
circunstancias normales envía algo del líquido que estamos consumiendo de nuevo
al cuerpo, en su lugar de enviarlo a la vejiga. Mientras tanto, gracias al
efecto diurético del alcohol, las células se contraen, llevando aún más agua a
la vejiga. Todo este líquido acaba en el inodoro, y disminuyen nuestros niveles
de hidratación.
9. La diabetes. Las
personas con diabetes, especialmente quienes todavía no saben que la padecen,
tienen un mayor riesgo de padecer deshidratación. Cuando los niveles de azúcar
son demasiado altos, el cuerpo trata de deshacerse de la glucosa sobrante incrementando la
secreción de orina.
10. La menstruación. El estrógeno y la
progesterona afectan a los niveles de hidratación y con la
menstruación su presencia se dispara.
11.
El embarazo. Durante el embarazo, se eleva el gasto cardiaco y
aumenta el volumen sanguíneo total, y esto hace que aumente nuestra demanda de
fluidos. Además, las náuseas y vómitos que sufren algunas embarazadas provocan una mayor
deshidratación.
12. La lactancia. Cuando las
mujeres dan el pecho a sus hijos, también les están dando agua, y esto puede
provocar deshidratación.
13. El síndrome del colon
irritable. El síndrome del colon irritable es una enfermedad
digestiva crónica relativamente frecuente, que provoca en quien la sufre
náuseas, diarrea y, en ocasiones, estreñimiento. Y
esto puede causar una gran deshidratación. Dado que, además, las personas que
la padecen tienen que controlar la dieta, si esta no va a acompañada de una
gran cantidad de líquido, el problema puede agravarse.
Fuente: PreventionWorld