El INSHT, con los datos de la ESENER-2 realizada por la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA), ha elaborado este documento, a partir de la explotación de los resultados de ESENER-2 para España y su comparación con los resultados para Europa.
Mediante la ampliación de la muestra que correspondía a España, se ha logrado mejorar la representatividad nacional en dicha encuesta y la comparabilidad con los países europeos.es una encuesta dirigida a empresas. El objetivo de la encuesta es recoger información sobre cómo se organizan la salud y la seguridad en los lugares de trabajo. También investiga cómo las organizaciones laborales perciben y abordan los diferentes tipos de riesgos para la salud y la seguridad de sus trabajadores, incluyendo los riesgos psicosociales.
En particular explora en detalle las siguientes áreas de la prevención de riesgos laborales:
- El enfoque general de la gestión de seguridad y salud en el centro de trabajo.
- Cómo se gestiona el área específica de los riesgos psicosociales.
- Los principales factores motivadores , y las barrera que dificultan la gestión de la seguridad y salud en los centros de trabajo.
- Cómo se implementa en la práctica la participación de los trabajadores en la gestión de la seguridad y salud.
Algunas conclusiones:
Los riesgos más visibles en los centros de trabajo son los ergonómicos
El riesgo más señalado por los gestores de los centros de trabajo en España es el relacionado con posiciones dolorosas o agotadoras (incluido el estar sentado durante mucho tiempo), presente en casi ocho de cada diez centros. A su vez, más de la mitad de los entrevistados manifiesta que en su centro de trabajo se realizan movimientos repetitivos de mano o brazo, se manipulan cargas pesadas
o hay riesgo de accidentes con máquinas o herramientas. El riesgo psicosocial más frecuente, señalado por la mitad de los centros, es el hecho de tener que tratar con clientes, pacientes o alumnos
difíciles. A este respecto, casi tres de cada diez centros de trabajo señalan que no tienen ningún riesgo de carácter psicosocial.
En los centros de trabajo que señalan la presencia de distintos riesgos musculoesqueléticos, es muy frecuente la adopción de diferentes medidas preventivas, tales como disponer de equipamiento
para ayudar a levantar o mover pesos o realizar otras tareas que requieran un esfuerzo físico
(85%), establecer rotación de tareas para reducir los movimientos repetitivos o la sobrecarga física (60%), disponer pausas frecuentes para quienes tienen una postura incómoda o estática (71%) y facilitar equipamiento ergonómico, como sillas y mesas especiales (81%). La frecuencia de empleo de estas medidas es superior al promedio de la UE.
Existen más dificultades para abordar los riesgos psicosociales que los físicos
Un 11% de los centros señala que carece de información o herramientas para afrontar los riesgos de carácter físico y el porcentaje se duplica para los riesgos psicosociales (23%). Dentro de este segundo
grupo, las dificultades más frecuentes surgen al abordar la discriminación por sexo, edad u origen étnico (42%), la falta de influencia del trabajador sobre su trabajo (25%) y las largas jornadas de trabajo u horario irregular (21%). La existencia de mayores dificultades para abordar el conjunto de los riesgos psicosociales que el de los riesgos físicos también se produce en el promedio de los países europeos.
Las dificultades manifestadas respecto a los riesgos psicosociales también se ponen de manifiesto en el momento de realizar las evaluaciones de riesgos; así, tres de cada diez centros españoles señalan
que no disponen de suficiente información para incluir los riesgos psicosociales en las evaluaciones
de riesgos, no hallándose diferencias significativas ni por tamaño de plantilla ni por sector de actividad.
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