Sólo un 20% de los pacientes que
sufren de hipertensión presentan síntomas visibles, los que tampoco se
acrecientan a medida que avanza la enfermedad. Algunos de ellos, y que
pueden manifestarse tenuemente son:
- Dolores de cabeza o cefaleas.
- Mareo o inestabilidad en distintos grados
- Zumbido de oídos
- Cambios de carácter
- Ver pequeñas lucecitas brillantes al realizar un movimiento brusco
- Hinchazón vespertina de tobillos, sobre todo en verano por retención de líquido.
Lo recomendable para personas
de más de 45 años y mujeres que hayan alcanzado la menopausia, es someterse a
un chequeo médico anual que logre detectar tempranamente la enfermedad.
El 80% de los casos de
hipertensión no tienen una causa definida, ya que es una enfermedad que puede
tener múltiples causalidad. Sólo hay un factor fijo que puede facilitar el
desarrollo de esta patología: la genética. Por eso es recomendable que quienes
tengan antecedentes familiares de hipertensión, controlen periódicamente sus
niveles de presión arterial y se sometan a chequeos médicos anuales.
Sin embargo, existen algunos
buenos hábitos que puedes poner en práctica para mantener alejada esta
enfermedad.
1. Aprende a manejar el estrés: los
conflictos o situaciones de mucha tensión pueden generar taquicardia,
respiración acelerada y elevación de la presión arterial, aumentado así las
probabilidades de padecer esta enfermedad crónica. Busca técnicas que te ayuden
a liberar tensiones en momentos difíciles y aprende a controlar tu enojo.
Respirar profundamente, dar una pequeña caminata o estar a solas un momento,
son algunas ideas que puedes poner en práctica para volver a encontrar la
calma.
2. Aliméntate saludablemente: lleva
una dieta variada y equilibrada dando preferencia a los alimentos naturales por
sobre los procesados. Cocina tu propia comida, usa condimentos en vez de abusar
de la sal y evita comer en restaurantes, ya que las preparaciones no siempre
son saludables. Hazte cargo de lo que comes y provee a tu organismo de
productos sanos que aporten vitaminas y nutrientes.
3. Ejercítate regularmente: ¿sabías que una persona sedentaria puede
tener hasta un 50% más de posibilidades de padecer hipertensión en comparación
a una activa? El ejercicio ayuda a mantener un peso saludable, a eliminar el
exceso de grasa del organismo y a equilibrar los niveles de colesterol en la
sangre, evitando que las arterias se dañen. Dar una caminata antes o después
del trabajo y usar la bicicleta como medio de transporte son dos buenas
opciones para integrar la actividad física a la rutina diaria y dejar atrás el
sedentarismo. Busca una actividad que te motive y sé constante para que te
mantengas saludable.
4. Deja el cigarrillo: la nicotina que contiene cada cigarro
provoca taquicardia y genera un estado llamado vasocontricción, que es el
estrechamiento de un vaso sanguíneo que no permite que la sangre fluya
normalmente. Para prevenir la hipertensión y muchas otras enfermedades, es
fundamental mantenerse alejado del humo del tabaco.
Fuente: Asociación Chilena de Seguridad